Cuando piensas que no hay solución…

Yo comencé en mi adolescencia a sufrir depresión y ansiedad, y he continuado toda mi vida con esas emociones en menor o mayor medida, pero sin cesar. Me he ido aferrando a recursos dañinos para no sentir la tristeza, las inseguridades y la falta de autoestima que había dentro de mí. Esos sentimientos se fueron transformando en irá, en ansiedad, en frustración, en continua apatía……Hasta llegar a creer que ese “estado” en el que estaba sumida y que formaba parte de mí desde hacía tanto tiempo, era producto de mi carácter. Creía que yo era así, y que no tenía solución.

Llevaba la mayor parte de mi vida sufriendo esos sentimientos y tenía poca esperanza en poder cambiarlos. Ni siquiera creía ser merecedora de recibir terapia para sanar esos traumas porque no les daba la importancia que realmente tienen y eso reforzaba mi idea de que no tenía solución. Estaba agotada de sentirme así, hasta que un día, una fuerza que creía no tener, me impulsó a coger el teléfono y llamar a Luis.

Llegué a consulta hecha un manojo de nervios, creía que mis piernas no soportarían mi peso y me caería en cualquier momento, con un batiburrillo de emociones y sin saber muy bien cómo explicarlas. Y en cambio, lo que recibí fue un trato tranquilizador, de sumo respeto, comprensión y optimismo.

Gracias a las sesiones, he podido poner orden al caos de emociones que sentía, a tomar consciencia de lo que me sucedía y por qué me sucedía. A tranquilizarme, a sentir una paz interior que yo no había sentido y a ser consciente de quién soy, no de lo que yo creía ser.

Ya he notado un cambio grande en mi vida y sé que todavía me queda camino en este proceso, pero ahora sé que puede vivir feliz y tranquilo, y que soy yo quien tiene las herramientas para poder conseguirlo.

Sin duda, animaría, bueno, insistiría a cualquier persona que no se encuentre bien anímicamente, se de la forma que sea, a acudir a la consulta de Luis Fernando porque de verdad que ahora puedo afirmar que, aunque cueste muchísimo dar ese paso y el proceso no siempre es agradable, los resultados compensan todo con creces.